RUTA GASTRONÓMICA "BAÑOS-BAHÍA"

Siguiendo el instinto propio de los cocineros viajeros, NO turísticos, partimos este 15 de junio desde Baños (Tungurahua) hacia Bahía de Caráquez, donde se encuentra el puente más largo del país y una exquisita gastronomía escondida en cada casa y explotada en restaurantes de toda clase, y en esta ocasión me atrevo a describir restaurante a una simple carroza empujada por una bicicleta a orillas del mar, donde su carta era a base de los más ricos y frescos cebiches, preparados a la “minuta” o sea “enseguida” por manos de una madre de familia que en la compañía de su hijo quien iba cantando (porque para mí es cantar) las siguientes dulces melodías: cebiches de: camarón, pescado, concha, mixto; venga, pruebe, etc.  

Un verdadero espectáculo ver a una familia vivir 100% de la cocina y a la señora que con manos limpias, un cuchillo viejo, pero muy afiliado y una tabla de picar que más bien era un pedazo de madera, cortaba muy hábilmente la cebolla paiteña, el culantro, el tomate, mezclaba rápidamente con el zumo de limones, mostaza, sal, pimienta, caldo de camarón y por supuesto camarones cocidos a la perfección.

El tiempo es el peor acompañante cuando de viajes se trata y me toco dejar de disfrutar del sol, el mar, la familia, de los cebiches, por seguir nuestra pasión: probar la diversa y extensa gastronomía que la tenemos en las manos y que solo nos falta querer probar!!..
¡Sabiendo que el tiempo suyo es oro y para no cansarles más con mis palabras (letras), les dejo las fotos de los más exquisitos platos que deguste y uno que otro descubrí que existían, como: la bandeja arrecha, el cebiche transoceánico; para que se den una “probadita” en su imaginación y se lancen a la aventura de RESALTAR LO NUESTRO, porque sencillamente las manos que la preparn son ECUATORIANAS!
¡Me tomo 1 minuto más de su tiempo y les cuento que también hay la tenencia gourmet, como para decir: en Bahía hay para todos los gustos!!
El querer quedarse sentado para seguir comiendo como en la era pre-gourmandice es realmente tentativa para todos mis sentidos, pero hay que seguir nuestro camino, convencido que estos trayectos son minúsculamente proyectados a ser un espacio de conocimiento de lo que Ecuador tiene para propios y extraños.